Y no me refiero a todas las personas cuyas edades oscilan entre los 18 y los 38 años, sino a las que de entre ellas encajan en el estereotipo Millennial, construido mediáticamente por el neoliberalismo corporativo globalizador al haber logrado que legiones de individuos de esas edades hicieran de las marcas y las lógicas corporativas sus referentes políticos…
Pregunta: ¿Por qué ahora se habla tanto de los Millennials?
Respuesta: Quizá porque son la propuesta neoliberal de “nuevos políticos” y porque son a la vez la generación más mediáticamente manipulable de la historia, ya que constituye la primera creación absoluta de los medios masivos audiovisuales; es decir, la primera generación de criaturas sin criterio y orgullosas de no tenerlo, pues conciben los criterios como “ideologías” respecto de las cuales ellos se sienten situados “más allá”. Ellos son, por lo dicho, el relevo generacional del pensamiento único neoliberal y del conservadurismo de derecha. Aunque es claro que no se ven a sí mismos como conservadores, sino como revolucionarios. Lo cual prueba su absoluta naturaleza manipulada y moldeada a sabor y antojo de su Creador (el capital corporativo transnacional), de su bendita lógica cultural (el posmodernismo relativista) y de su credo religioso (el Let it be o “cadaunismo”); es decir, de la Santísima Trinidad que tiene al mundo y a la humanidad en el estado en que se encuentran. Son, por tanto, el último grito de victoria de la ultraderecha global. Y no me refiero a todas las personas cuyas edades oscilan entre los 18 y los 38 años, sino a las que de entre ellas encajan en el estereotipo Millennial, construido mediáticamente por el neoliberalismo corporativo globalizador al haber logrado que legiones de individuos de esas edades hicieran de las marcas y las lógicas corporativas sus referentes políticos, éticos y “filosóficos”, y de las redes sociales el ágora de sus narcisistas opinionismos erráticos. Ellos son en suma la encarnación del intelicidio corporativo posmo que aplasta el pensamiento crítico, libre y creador, basado en la praxis. Son el epítome de la pírrica victoria de la ignorancia y la estupidez sobre el conocimiento y la inteligencia: los siervos (no los señores feudales) de este Neomedioevo de la fe ritual que sustituye al conocimiento concreto. Y constituyen el producto ideal del paso atrás que el neoliberalismo hizo dar a la historia de la humanidad desde fines del siglo pasado.