Conversación con Mario Roberto Morales
Por Pavel Gerardo Vega – Diario elPeriódico, 05/10/15 –

En su columna del 23 de septiembre, el escritor argumentó que las movilizaciones contra la corrupción que surgieron desde el 25 de abril y se apagaron con la última el 27 de agosto, fueron manipuladas por perfiles falsos en las redes sociales. En esta conversación, Morales explica que, aunque él apoya las protestas, se cuestiona el sospechoso silencio de las mismas y llama a la unificación de una agenda táctica para seguir con la manifestación.

¿Cuáles son sus argumentos para defender que la movilización de los últimos meses fue incentivada por perfiles falsos en Facebook?

Es una columna de una secuencia desde abril. Comencé a darle seguimiento cuando me di cuenta de que la movilización se daba luego de un golpe de la CICIG, luego analicé la posibilidad de una manipulación en redes sociales por medio de perfiles falsos. En este mi argumento no digo que todos estuvieron manipulados ni que los que estaban en la plaza fueran perfiles falsos. Las convocatorias a las manifestaciones fueron hechas en buena medida por perfiles falsos dispersos, y no me refiero a los grupos que con un hashtag se identificaban. Para eso entrevisté a dos muchachos que trabajan en dos partidos políticos distintos haciendo este tipo de labor. Lo que me motivó a hacer la columna en un tono provocador fue que inmediatamente después de las elecciones la movilización cesó del todo. Algunas gentes me dijeron que muchos de los perfiles que convocaban desaparecieron misteriosamente. Si leen mis columnas anteriores yo estoy siempre con las movilizaciones, lo único es que he advertido desde el principio que no hay que mezclar la fiesta con la protesta política porque eso da lugar a que se diluya la protesta. Yo creo que lo que ofendió es que hablara de manipulación, de masa ignara y de biempensantes de moral cristiana. No nos olvidemos que la indignación es una emoción nada más. La indignación no lleva al cambio social, sólo es la chispa inicial. Pero lo que lo lleva a uno al compromiso con un cambio social sostenido, sin importar las consecuencias, es el análisis concreto de la situación concreta.

¿Por qué cree usted que la gente no está en las plazas?

No creo que la gente que estaba en la plaza fuera solo por la cabeza de Pérez Molina y Baldetti. Había mucha gente ahí pidiendo otras cosas como las reformas a las leyes y la refundación del Estado. Pero la manipulación hizo que la corrupción se volviera tres o cuatro personas y eso invisibilizó el hecho de que la corrupción es sistémica, lo cual quiere decir que el sistema no funciona si no es corrupto. Renuncia Pérez, siguen las elecciones y nadie salió más. Yo creo que nadie se movió porque nadie convocó. Lo cual me lleva a suponer que los que convocaban de mejor manera era los perfiles falsos o por lo menos buena parte de la convocatoria venía de ahí. Yo no estoy diciendo que todo estaba programado por Washington desde abril hasta que quedara Jimmy Morales. Lo que estaba programado es que había que quitar a los impresentables, o sea a toda la Línea 1, para el buen funcionamiento del Plan para la Prosperidad.

¿Qué les dice a las personas que convocaron a las manifestaciones como #RenunciaYa, #JusticiaYa y #UsacEsPueblo?

Que hicieron muy bien, pero que no me explico por qué ellos ya no convocaron después. Quisiera que me lo explicaran. Por aparte, los perfiles falsos funcionan como eco de tendencia y ese eco va moldeando la opinión y va moldeando las actitudes. Por ejemplo, “hay tantos miles de personas que confirmaron, yo también voy, yo también confirmo”, así es el contagio en las redes sociales. Yo les preguntaría a los que convocaban con nombre y apellido por qué ya no convocaron después de que Pérez Molina se entrega y sobre todo después de las elecciones. La lucha seguía, estaba pendiente la Línea 2. La Línea 2 son los dueños de los mil quinientos y pico de furgones que tiene documentado la CICIG y el MP en relación a La Línea; esto, visto desde un punto de vista específico. Y desde un punto de vista metafórico, La Linea 2 es toda la clase oligárquica que es el alma de un sistema que no funciona sin la corrupción.

¿Por qué se necesita una convocatoria, cuando la indignación es la que debe motivar a la gente sola a salir de sus casas?

Eso tiene que ver con el intelicidio. La indignación que vimos en mucha gente es genuina, en el sentido que dice yo pago impuestos y estos infelices miren las casas que tienen. En esto jugaron un gran papel las denuncias de elPeriódico, eso catapultó la indignación de mucha gente. Cuando yo me refiero al “intelicidio” me refiero a la incapacidad de análisis que se traduce en una falsa indignación que se vuelve pegajosa en las redes sociales. Si fulanito está indignado, yo también me voy a indignar. Lo interesante es que se juntó todo este montón de gente. Pero la pregunta que yo hacía en ese artículo que tanto ofendió a los indignados es ¿Qué pasó con la indignación?, ¿en dónde quedó? Esas son las preguntas que no responden. Hay respuestas estúpidas, como las que hacen ejercicios fallidos de ironía y no dicen nada. Así hay un montón de escritos en contra pero no argumentan. Nadie dice “esto no estuvo manipulado por ésta y ésta razón”.  Todo el mundo defiende un ego herido, porque obviamente a uno no le gusta sentirse manipulado, eso lo entiendo. Pero mi tono tenía que ser provocador para desatar un debate que de otro modo no habría salido a luz.

¿La gente hubiera salido si no hubiera habito una convocatoria en Facebook o en Twitter?

Sin duda no. Ese es otro rasgo de las revoluciones de colores, que son mediáticas, de redes sociales. Y por eso tienen un específico componente generacional. Es irónico porque a las redes se les debe la movilización y la manipulación y el silencio.

¿Cree que las manifestaciones tuvieron el poder de derrumbar al Gobierno o fue la Embajada de Estados Unidos?

Yo creo que la geopolítica transnacional y la oligarquía local tenían el mismo objetivo, quitar a los impresentables del Gobierno y que quedaran otros, así como el objetivo de eliminar a Baldizón. Yo escribí una columna dónde decía que los manifestantes eran un coro, pero no llevaban la voz cantante. Pero esto está sujeto a análisis.

¿Cree usted que ésta crisis política sí se puede catalogar como un golpe de Estado provocado por la Embajada o es diferente al de 1954?

El concepto de las revoluciones de colores está ligado a golpes de Estado blancos o blandos, que consisten en quitar un gobierno sin violencia y que el régimen siga. Si lo vemos desde ese punto de vista podría verse como golpe de Estado blanco. Ahora está Maldonado, el régimen no cambió, se fortaleció, pero ya no está el indeseable. Pérez Molina renuncia hasta el último momento, yo no creo que hayan sido las manifestaciones, al parecer, él recibe orden de renunciar luego de aguantar lo peor. Me dio la impresión de que lo tuvieron aguantando hasta que las elecciones ya no podían detenerse. El momento de la renuncia y las elecciones coincide con la desmovilización en la plaza, reducida de cien a cero.

¿Qué es lo que deben hacer los grupos que sí lograron organizarse como #UsacEsPueblo, #JusticiaYa y algunas universidades privadas?

Yo creo que la gente que quedó de esta “primavera azul y blanco” tiene que dotarse de una agenda táctica y estratégica y de organización, y vincularse con las organizaciones populares porque la sociedad civil necesita presentar un frente unido ante lo que se viene.
Me parece que eso sería dar un gran paso adelante y pasar de la indignación al pensamiento crítico, y luego a la acción organizada. La historia nos indica que los cambios sociales se logran con la masa en la calle pero organizada y con una agenda de corto y largo plazo.

– FIN –