Antonio: En mi «Emplazamiento público a Antonio Gallo» (Siglo Veintiuno 24-9-02), le exigí a usted: «que sustente su acusación y puntualice para qué grupo escribo, quiénes son los que me pagan y qué es lo que manipulo», en vista de que consideré una calumnia su siguiente afirmación: «…es necesario que los filósofos también escriban, pero no a favor de un grupo que les paga, como sucede con Roberto Morales, por ejemplo, de quien ya se sabe claramente que está orientado al que le paga, y todo lo manipula» (Prensa Libre 7-7-02). Ahora, usted me responde (Siglo Veintiuno 12-10-02) que: «.. es muy extraño que lo tome como un insulto o una agresión. Si lo ha sentido así se le ofrece atenta disculpa».
Y sigue diciendo que: «Cuando solicita que se nombre los que le pagan, es bastante fácil contestar. En primer lugar, su público, los que se alegran por sus ocurrencias y sus ideas, que defienden lo que en política se llama quedarse en el statu quo, con argumentos que tranquilicen sus conciencias, atacando a quienes podrían inquietarlas. También le pagan quienes se sienten bien con lo que poseen, temen que se haga efectivo el derecho de otros, y se sienten inclinados a menospreciar a estos otros. Además, los que detentan el poder y buscan ideologías que los respalden. No es preciso vender la pluma a nadie para escribir para los que le pagan a uno; basta coincidir con el pensamiento y los intereses».
Vaya. Ahora resulta que no es que me paguen con dinero, sino que el «pago» consiste en tener un público lector que, como usted lo caracteriza, no es otro que los sectores tradicionales de poder, es decir, los oligarcas, los militares, los curas, los políticos corruptos y, por qué no, el crimen organizado. No veo para qué pierde usted el tiempo en disculpas hipócritas, Antonio, si acto seguido se lanza a insultarme con más ira, saña y falsedad que la primera vez.
Siguiendo su lógica, le preguntaría yo: ¿Para quién escribe usted, Antonio, quién en su público, es decir, quiénes le pagan: la Compañía de Jesús, la Universidad Landívar, Edumaya, los que financian Edumaya? ¿O escribe para un público virgen? Si les pregunta a los oligarcas lo que piensan de lo que escribo, le responderán que soy un «resentido social» porque ataco su fundamentalismo mercadológico. Si les hace la misma pregunta a los militares, le dirán que soy un «maldito guerrillero» porque caracterizo al Ejército como genocida . Si se lo pregunta a la inepta «izquierda» traidora de la URNG y similares, le dirán que soy un «vulgar derechista» porque he dicho que ellos también masacraron indígenas (y lo dije mucho antes que cualquier comisión de la verdad). No Antonio, no escribo para este público, y miente usted cuando afirma que sí, buscando inútilmente disfrazar su incapacidad y falta de entereza para responder al emplazamiento que le hice obligándolo a responsabilizarse de sus afirmaciones.
Si le hace la pregunta a los académicos «políticamente correctos» que viven de los financiamientos internacionales que fomentan etnicismos para turistizar las culturas populares fortaleciendo así el proyecto globalizador neoliberal, le dirán que soy un racista. Aunque no necesita preguntarles nada a éstos porque usted pertenece a ese grupo y su acusación así lo prueba. Este grupo «políticamente correcto», que está integrado por gringos puritanos y conductistas, europeos culposos por su pasado colonialista, cristianos fariseos y burócratas «progres» de la cooperación internacional, apoya sólo reivindicaciones culturalistas y escamotea convenientemente el problema económico de los indígenas, que es la base material de la discriminación cultural. Lo único que logran con su moralismo culposo es crear una casta de etno-oportunistas, buenos nada más para solucionar su problema económico personal dejándose cooptar por el poder que mantiene la discriminación. Muchos miembros de su grupo, Antonio, colaboraron (por acción u omisión) con las ultraderechas durante los conflictos armados. Ahora, «moralmente» autorizados por el dinero internacional, se han vuelto «izquierdistas» y lo acusan a uno (que sí organizó indígenas en la lucha armada) de escribir para la oligarquía. Bah… Sus débiles sofismas me decepcionan, Antonio. Pero, vamos al grano.
(Continuará)
Publicado el 15/10/2002 en Siglo Veintiuno
Admin Cony Morales