Alguien me dijo una vez, hablando de nuestra generación sesentera y setentera, lo siguiente: En aquellos años había dos caminos, o volverse guerrillero o volverse jipi, y yo no tomé ninguno de los dos; yo me dediqué a trabajar. Obviamente, se trata del discurso de un sesentero que lejos de vivir su época, quiso emular…