Se me murió mi monitor. El aparato que sabía siempre dónde y cómo yo estaba. Un receptor-transmisor que informaba siempre a mi familia infaliblemente acerca de mis pasos. La tecnología que utilizaba es tan vieja como la Humanidad: eran las barajas, los naipes… las cartas… Ahí se la encontraba siempre, dispuesta a decirle a uno…