Y no es que tenga nada contra el Neto. Al contrario. Es listo el tipo. Mire cómo se baboseó a todo el mundo, pues. Incluido el Kiebres. Me bajé del carro en un estacionamiento de la zona uno, y el encargado de entregar las contraseñas y de cobrar me miró sonriendo y me preguntó: ―Usté…